No debemos confundir el hirsutismo con la hipertricosis, que es un aumento simple del vello en áreas no androgénicas, como son los brazos y las piernas. Lo más corriente es padecer hirsutismo hiperandrogénico ya que responde al aumento de la producción de andrógenos por el ovario o las suprarrenales. En función de su etiología, el hirsutismo puede acompañarse de ciclos menstruales irregulares, infertilidad y un mayor riesgo de hiperplasia. Si el hiperandrogenismo va asociado a menstruaciones irregulares en exclusiva, se asocia a obesidad o problemas de infertilidad y puede llegar a afectar hasta un 10% de las mujeres en edad fértil.
Existen unas quince especies de menta distintas, de las que la hierbabuena es tal vez la más popular. La planta no suele sobrepasar los treinta centímetros de altura y sus hojas, de intenso aroma, tienen forma alargada con bordes aserrados. Crece en suelos frescos y húmedos.
Cuando la planta esté a punto de florecer será el momento de recolectar sus ramas, para dejarlas secar a la sombra y guardarlas en un ambiente seco y oscuro. Antes de la aparición de los resultados del hallazgo turco, las infusiones de hierbabuena se han venido utilizando para las digestiones lentas, inflamaciones del hígado y vesícula. Además, su aceite esencial se ha empleado como calmante de calambres musculares.
En pequeñas cantidades combina a la perfección con numerosas especias, por lo que tanto gastrónomos de gran prestigio como caseros la incluyen en la elaboración de sopas, guisos y cocidos, verduras y estofados. Por ejemplo, en Cataluña, la hierbabuena se utiliza con mucha frecuencia para la elaboración de salsas con las que acompañar los caracoles. En el norte de África, en cambio, se emplea como aderezo del té verde, de sabor fuerte, elaborando una poción reconfortante que se sirve con mucho azúcar y piñones.
Imagen: prensalibre
Fuente: 20mintos