Sin duda, un cáncer de ovario se considera como una enfermedad ginecológica grave. De ahí que acudir a las citas médicas, a los controles semestrales y exámenes rutinarios se vuelven imprescindibles a la hora de detectar cualquier anomalía en nuestro aparato reproductor.
Por nuestra parte, hay una serie de síntomas que pueden ponernos sobre alerta, en cuyo caso debemos acudir a la mayor brevedad posible a nuestro médico. Los síntomas más característicos son:
- Menstruaciónes muy abundantes.
- Hemorragias vaginales fuera del período de menstruación.
- Presencia de virilizacion.
- Intensos dolores abdominales agudos.
- Presencia de masa abdominal palpable.
- Estado anímico alterado.
- Sensación de tener líquido en el interior.
- Vientre hinchado.
De todos estos síntomas, los más significativos son los dos primeros. Si padeces alguno de ellos debes acudir al ginecólogo con la mayor urgencia posible. De los diferentes tratamientos a los que podemos someternos si padecemos este tipo de cáncer, y dependiendo de la gravedad del mismo, pero básicamente se trata de una cirugía seguida de radioterapia y/o quimioterapia.
Algunas veces es necesaria una segunda intervención, conocida como exploratoria, cuyo objetivo es investigar el área previamente tratada para confirmar si existen o no vestigios o diseminación de la enfermedad.
Lo dicho, estad muy atentas a vuestro estado de salud y acudid a todos los controles médicos que tengáis. Un diagnóstico precoz es básico para este tipo de enfermedad.
Imagen: vivirmejor