Sin embargo, su perseverancia, oficio y saber hacer templaron los nervios del primer momento y Ruth Beitia sacó coraje para otra gran cita, la del Mundial de Atletismo de Moscú.
Allí, en una Rusia de Vladimir Putin donde se condena la homosexualidad y distintas atletas se han posicionado a favor de la Comunidad LGBT, hemos asistido al renacimiento de Ruth Beitia que, como el Ave Fénix, dejó atrás sus cenizas para volar 1,97 metros de altura.
La gesta le ha valido a la española el tercer puesto, que le concedía derecho a podio y medalla de bronce. Por delante sólo dos gigantes del salto de altura femenino: Barret, que consiguió la plata con un salto de 2 metros, y Shkolina, propietaria del metal dorado gracias a su 2,03 metros.
Nuestra Ruth Beitia, con 34 años cumplidos, ha hecho realidad un sueño que, además, le ha dado alas para querer seguir adelante y le han devuelto la ilusión por superar más metas. Desde luego esta temporada ha sido todo un hito en el palmarés de la saltadora española.
Imagen: elfarodecantabria