En los ochenta se introdujo un nuevo concepto de alimentos desarrollados específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades. Su uso se ha extendido a lo largo de los años y ya hay una gran variedad de estos alimentos que prometen mejoras en la salud, como, por ejemplo, el control del colesterol o la flora intestinal.
Según la legislación europea, los alimentos funcionales aún no han sido definidos pero de forma general, se considera que son aquellos alimentos que se consumen como parte de una dieta normal y que contienen componentes biológicamente activos en beneficio de la salud y la reducción del riesgo de sufrir enfermedades.
En concreto, estos alimentos son los que contienen determinados minerales,vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia beneficiosos para nuestra salud. También se incluyen aquellos a los que se han añadido sustancias biológicamente activas, como antioxidantes, y los probióticos, que tienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos.
El gran inconveniente de los alimentos funcionales es que no existe ninguna legislación que los regule, de forma que no podemos saber los que verdaderamente son beneficiosos y los que meramente aprovechan el filón a modo de campaña de marketing.
Por ello nace Fun-c-Food, proyecto financiado públicamente a través del programa Consolider Ingenio del Ministerio de Ciencia e Innovación, con el objetivo primordial de obtener y caracterizar los nuevos ingredientes alimentarios bioactivos así como su aplicación en el desarrollo de nuevos alimentos funcionales. No dudes en comprobar los alimentos funcionales realmente efectivos a través de su página web.
Gracias a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), se está intentando poner cierto orden en este mercado abierto a todo. De hecho, se ha demostrado que solo uno de cada cinco alimentos estudiados científicamente es eficaz y responde a pruebas científicas sólidas. Muchas de las empresas que se vanagloriaban en ofrecer este tipo de alimentos han tenido que retirar su publicidad engañosa.
Ante cualquier duda, lo ideal es consultarlo con el médico, endocrino o dietista.
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