Nuestra piel necesita una serie de cuidados diarios para estar sana y lucir fresca, hidratada y brillante que, a poco que nos descuidemos, podemos hacer ‘cosas’ que desestabilicen su bienestar. A continuación os dejo una serie de consejos para cuidar la piel en la ducha que, os aseguro, vendrán de perlas.
- Ducharse varias veces. No es aconsejable darse varias duchas al día, por mucho calor que haga, ya que no es bueno para la piel. En caso de no poder evitarlo, intentaremos que la segunda ducha sea bastante más rápida que la primera y a ser posible sin aplicar gel de baño.
- Depilarse bajo el agua de la ducha. La mayoría de las mujeres, y también algunos hombres, tenemos la costumbre de depilarnos con cuchilla. Lo malo es que no es nada recomendable rasurarse el vello con el gel de ducha mientras nos cae el agua por encima. Lo ideal para depilarse con cuchilla es hacerlo con geles o espumas especialmente indicados para ello y con agua templada o fría.
- Temperatura del agua. Con el frío, darnos una ducha bien caliente nos reconfortará, pero no es lo más ideal para la piel. De hecho, las temperaturas elevadas (a 38ºC) no hacen más que resecar la dermis. La temperatura del agua perfecta para la ducha es a 30ºC o un poco menos.
- Excesos de champú o suavizantes. Ninguno de los dos productos en exceso son buenos para la piel. Y es que, utilizar champús o suavizantes en exceso provoca justo el efecto contraria para que han sido diseñados: se queda alojado en la fibra capilar dejándonos el pelo sin brillo, provoca sequedad, picores e incluso descamación del cuero cabelludo. Lo aconsejable es aplicarse el tamaño de una nuez del producto. Por supuesto, después debemos darnos un buen aclarado para que no queden restos en el pelo.
- Las uñas, esas grandes olvidadas. Cada vez que nos duchamos solemos relegar al olvido la limpieza de las uñas. Debemos disponer de un cepillo especial para ellas y, aplicando un poco de gel, limpiarnos las uñas de los pies y manos en cada ducha.
- No olvidéis la espalda. Aunque en un principio frotarnos la espalda pueda hacerse algo complicado, no debemos dejar de hacerlo, pues es una de las zonas del cuerpo que más células muertas acumula. En el mercado existen muchos productos para facilitarnos la labor, así que no hay más que hacerse con cualquier de ellos y ponernos manos a la obra.
- Cuidado con los productos perfumados. Por muy bien que nos huelan ciertos productos para baño, cuanto más cosmético tengan, mayor riesgo hay de sufrir alergias o dermatitis, especialmente si tenemos la piel sensible.
Y con esto está prácticamente todo dicho. Prestad especial atención a estos siete consejos y, cada vez que os deis una ducha, dejaréis vuestra piel y cuerpo listo para lo que se le venga encima.
Foto | Steven Depolo