“Tanto nuestros clientes, como aquellos emprendedores que se inclinan por Son Tus Aromas, valoran de forma positiva el hecho de que nuestros perfumes vengan envasados del laboratorio; en lugar de que tenga que ser el consumidor quien rellene su frasco, con lo que ello conlleva de pérdida de aroma e incluso de producto”, explica Mª Ángeles García, responsable de Operaciones y Producto. “Y es que nuestros proveedores ya se encargan de envasarlo y etiquetarlo con su correspondiente lote, para el control de su trazabilidad, adaptándonos a la normativa europea, según el Reglamento 1223/2009 del Parlamento Europeo sobre los productos cosméticos”.
Así, no es de extrañar que tanto los emprendedores/inversores que finalmente optan por esta cadena de perfumerías especializadas ‘low-cost’, como sus clientes finales, prefieran este sistema antes que la venta a granel que han popularizado otras marcas. Teresa Fuentes Aguilera, propietaria de la franquicia Son Tus Aromas de Jávea (Alicante), asegura que en su preciosa tienda de 35 m2 en pleno centro de esta localidad turística del Levante, «atiendo a dos tercios de clientes de nacionalidad extranjera, y puedo asegurar que se muestran muy satisfechos con la calidad de mis perfumes y complementos, y con la elegancia de su envase».
Por su parte, Raúl Fernández Hierro, franquiciado de Son Tus Aromas en Telde (Gran Canaria) señala que su esposa y él «hicimos un estudio de las diferentes marcas del mercado y decidimos quedarnos con esta enseña alicantina primero por ser la más asequible, pero sobre todo por tratarse de una perfumería ‘low-cost’ donde los frascos con el producto vienen ya envasados del laboratorio; y la gente lo prefiere, está claro».
Y es que, como concluye Mª Ángeles García: «Siempre que se trate de productos que mantengan unos estándares elevados de calidad, la gente demanda ‘low-cost’. Está dispuesta a pagar menos, e incluso encantada de hacerlo, pero dentro de unos límites. Es un negocio que ha nacido con la crisis, y ésta le ha impulsado, pero desde luego ha llegado para quedarse: antes, uno no se planteaba comprar genéricos; pero ahora que los ha probado no está dispuesto a pagar siempre por el original, cuando puede obtener un producto muy parecido por menos de la mitad de su precio».