Para respirar bien, el primer paso es acordarse de inspirar por la nariz y expulsar el aire por la boca, sobre todo en las épocas frías del año, porque así el aire entra más caliente y humedecido y con menos partículas dañinas, ya que quedan filtradas por los pelos de la nariz. El ejercicio básico consiste en notar cómo, al inspirar, primero se hincha el abdomen y después la cavidad torácica, y al espirar, primero se vacía de aire el tórax y luego el abdomen.
Otro ejercicio para reactivar y profundizar la respiración, bueno para el asma y los problemas respiratorios, consiste en tumbarse en el suelo y llevar las rodillas hacia el tronco abrazando las piernas. Debemos relajar las rodillas al inspirar y apretarlas contra el tronco al espirar.
Pero, además de estos dos ejemplos que os he puesto, existen otras muchas técnicas de respiración que podéis aprender y que os servirán para “abrir” los pulmones y los bronquios, mejorar o prevenir los problemas respiratorios y eliminar mejor las toxinas para recuperarte antes.
Ni qué decir tiene que cualquiera de estos ejercicios respiratorios nos vienen de perlas si realizamos ejercicio de forma habitual. Como dije al principio, saber respirar bien ayudará a que nos recuperemos del esfuerzo realizado en el menor tiempo posible, lo que nos permitirá continuar con nuestra rutina diaria sin complicaciones.
Imagen en CC: medciencia