Se muestra de forma cercana en todas sus apariciones públicas, ya sea con la prensa o con la gente de a pie, Doña Letizia ha sabido transmitir grandes dosis de cotidianeidad a eso de ser Princesa de Asturias.
Y no debe ser nada fácil, su relación con el Príncipe Felipe está llena de guiños cómplices y cariñosos que no han hecho sino mostrarla ante la opinión pública como una persona normal y corriente, y a pesar del aluvión de críticas que recibe de ciertos sectores, su imagen de mujer independiente pero cercana se afianza cada día más.
Su relación con sus hijas y la gran implicación en la crianza de ambas la confirman como una mujer conciliadora. Capaz de establecer el equilibrio entre una apretada agenda laboral, una vida familiar plena y una vida social en la que siguen estando presentes sus antiguas amistades, la Princesa Letizia se perfila como claro ejemplo de las princesas de hoy en día. A esto se une la estrecha relación que mantiene con su familia y la presencia de ésta en algunos actos de carácter oficial como por ejemplo la asistencia de su madre, Paloma Rocasolano, en la celebración de los últimos Premios Príncipe de Asturias.
Consciente de la compleja situación económica que está teniendo lugar, y de los problemas actuales, la implicación de Doña Letizia en labores humanitarias es algo latente. Su participación en causas como la investigación contra el cáncer la han hecho asumir de forma permanente la Presidencia de Honor de la Asociación Española contra el Cáncer y su fundación científica.
Compromiso y empatía son dos cualidades que han caracterizado su labor como Princesa de Asturias desde su llegada a la Casa Real. A pesar de estar en demasiadas ocasiones en el ojo del huracán ha sabido sacar fuerzas de flaqueza y sobreponerse a las críticas iniciales que se cebaron con su estilo, su origen ‘plebeyo’ y un pasado poco acorde con la realeza.
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Fuente: mujerinnovadora
