Los padres debemos poner ciertas condiciones en el uso del móvil, para que todo vaya bien y no se convierta en una obsesión para el niño, tal y como os hemos estado comentando estos días.
Estos consejos os pueden resultar de bastante utilidad:
No permitáis que lleve el móvil consigo al hacer los deberes o mientras realiza cualquier tipo de actividad que exija concentración, sea o no obligatoria. Con ello, indirectamente aprenderá a prever situaciones en las que el móvil pueda generar distracción.
Asignad un gasto mensual ‘tope’ para que aprenda a autoadministrarse. Que entienda que el teléfono tiene un coste y no puede utilizarse sin restricciones. Esta medida es realmente útil para que aprenda a establecer unas prioridades de uso.
Mantened sus rutinas. No hay que modificar las rutinas del niño previas a la existencia del móvil. Es decir, si antes de que el pequeño tuviese el teléfono se iba a dormir a las diez de la noche, no ha de dejar de hacerlo porque esté “jugando” con el aparato, por ejemplo. En esos momentos debe aprender a resignarse. Con ello se fomentará su tolerancia a la frustación.
Favoreced que el móvil no sea su principal instrumento de comunicación, participando, por ejemplo, en actividades donde su uso resulte imposible, mientras que el contacto directo con la gente sea indispensable. Por ejemplo, practicar algún deporte.
Enfatizad que, aunque el móvil puede usarse a veces por “diversión”, no es su principal función. Igualmente debe comprender que no tener esto en cuenta puede traer consecuencias negativas.
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