Hay muchas cosas que podemos hacer para montar una barrera lo más eficaz posible contra las infecciones. De entre todas las acciones posibles, hoy te recomendamos unas cuantas:
– Aprende a tomar el aire: el acceso más directo de los microorganismos patógenos a tu cuerpo es por la boca y por la nariz. Empieza por no ponerle las cosas fáciles a tus enemigos respirando como es debido, tomando siempre el aire por la nariz para usar tu filtro natural, calentar el aire antes de que llegue a los pulmones y luchar contra los microorganismos por medio de las inmunoglobulinas.
– Un par de litros, por favor: conservar las mucosas bien hidratadas es como dar de comer bien a los soldados que están en primera linea de fuego. Una mucosa reseca no retiene apenar virus o bacterias. Consumir líquidos, hace además que la actividad de los glóbulos blancos aumente. Elige preferentemente agua, al menos un par de litros al día y zumos, pero mejor combinados con agua al 50% para disminuir su concentración de azúcar.
– ¡A moverse!: el ejercicio fortalece el sistema inmune. Eso sí, cada vez que te pasas de intensidad o de volumen, se consigue el efecto contrario, un desgaste que nos hará disponer de menos glóbulos blancos y anticuerpos.
– Agua en el aire: igual que necesitas tomar agua para mantener las mucosas hidratadas, también tienes que “respirar agua” para evitar que se resequen con facilidad. La calefacción o los climas secos son pobres en humedad ambiental y conviene usar un humidificador para compensar esta falta de agua. Si le pones al agua del humidificador un poco de eucalipto, romero o lavanda estarás potenciando la acción protectora de la humedad evitando infecciones.
– Yogures a go-go: las bacterias que fermentan la leche convirtiéndola en yogur son perfectas para mantener la salud de tu sistema digestivo, al reforzar la flora bacteriana. Tomar un o dos yogures al día, mejor si son probióticos o naturales.