Miley Cyrus parece condenada a repetir los pasos de la eterna rebelde Lindsay Lohan quien, condenada a ejercer de eterna adolescente ‘disneyniana’, no se le perdonan sus devaneos con el alcohol, las drogas y el hecho de cumplir años y hacer, como diría Mercedes Milá, lo que le sale del bolo.
La expacata Hannah Montana no para de ser abofeteada por la crítica oficial y el público en general, por su cambiazo a sex-rebel-girl. Desde que la rubia se cortara las repeinadas guedejas doradas y decidiera raparse la testa, acribillarse a piercings y sacar la lengua para lamer todo objeto que se le ponga por delante en una actuación, la falsa y puritana sociedad norteamericana ha decidido condenar al infierno a la ‘depravada’ niña Disney.
Si después de su polémico baile en los MTV Awards hasta la revista Vogue le retiró su portada, su nuevo videoclip ya ha desatado las lenguas telepredicadoras de aquellos peripatéticos que no aguantan a una tía desnuda en un video de Youtube (palabra porno y sexo sigan siendo las más buscadas) y sin embargo desayunen tranquilos con las casa llena de armas y el deseo irrefrenable de bombardear países a diestro y siniestro.
Ni Hannah Montana fue nunca santa de mi devoción ni lo es la nueva Miley Cyrus, aunque en mi caso mi opinión se basa en la calidad de sus trabajos y no en la forma en que airea sus vergüenzas, que eso es cosa de ella y a quien no le guste… tan fácil como que no mire.
Foto 20minutos.es