- Evitemos la sobrecarga articular: no nos quedemos paradas de pie, evitemos caminar por terrenos irregulares, dejemos de subir y bajar escaleras de forma continuada y, por supuesto, nada de arrastrar objetos pesados.
- Evitemos el reposo prolongado y la inmovilidad total. Es bueno realizar ejercicio para proteger la articulación y aumentar la fuerza muscular.
- Los ejercicios que más nos beneficiarán en este aspecto son caminar, montar en bicicleta o nadar. Evitemos a toda costa aquellos que impliquen sobrecarga física. Si al practicar deporte aparecen dolores articulares debemos suspender de inmediato el ejercicio.
- Existen ejercicios específicos para cada una de las articulaciones. Tan solo debemos consultar con nuestro médico y empezar con ellos a diario.
- Para evitar lesiones en los miembros inferiores debemos usar calzado adecuado y evitar a toda costa los tacones altos y finos. Es preferible usar zapatos de tacón bajo y cómodos para caminar.
- Es conveniente ingerir alimentos con alto contenido en calcio que evitan la pérdida de masa ósea. No debemos tomar más de tres cafés al día, ya que aumenta la pérdida de calcio.
- La vitamina D es uno de los factores que más influye en la mineralización de los huesos. Debemos tomar alimentos ricos en esta vitamina (hígado, yema de huevo, margarina) y, con moderación, el sol, ya que es una de sus principales fuentes.
- Es ideal intentar mantener el peso correcto, sin padecer obesidad, ya que el exceso de peso daña las articulaciones, en especial rodillas y cadera.
- Si padeces sobrepeso no dudes en consultar con el médico para que te ayude a adelgazar.
- Mejoremos los hábitos posturales y mantengamos una postura correcta que no sobrecargue las articulaciones. Apoyemos la espalda en los respaldos, evitemos levantar objetos pesados y sentémonos con los pies apoyados en el suelo.
Imagen: enervizante