Aunque admito que no me gusta la naranja, hago un esfuerzo, de vez en cuando, por exprimirme algunas por la mañana y tomarme un gran vaso de zumos de naranja. Pensaréis que si no me gusta, que hago tomándomelo por las mañanas, y es que las naranjas son un fruto con muchísima vitamina C, que es la vitamina que nos ayuda en la formación de colágeno.
Como bien sabéis, con la edad el colágeno se va disminuyendo en nuestra piel, lo que quiere decir que nuestra piel ya no tendrá tanta elasticidad y las arruguitas se vayan asomando por todo nuestro cuerpo. Pero no es lo único que el colágeno hace en nuestra piel, no, sino que, a medida que vamos envejeciendo y dejando de fabricarlos con nuestro propio organismo, nuestros huesos también se van debilitando, ya que el colágeno ayuda a mantener los huesos firmes.
Por todo esto es por lo que, por las mañanas (aunque no todas, claro está) me tomo un zumo de naranjas recién exprimido para poder captar toda la vitamina C posible. También podéis comer la naranja directamente, pero yo prefiero hacerlo en zumo.
Pero la naranja no es la única fruta, aunque sí el único fruto cítrico, que nos aporta vitamina C, y es que el kiwi es un fruto que aporta mucha más vitamina C que todos los cítricos y, además, nos ayuda a equilibrar nuestro organismo, ya que su contenido en fibras también es bastante alto.
Así que nada, os recomiendo a todas que empecéis a coger el hábito de tomar el zumo de naranja más el kiwi, además de algún lácteo, por las mañanas, os sentiréis mucho mejor.