Aunque a alguna pueda parecerle raro, los implantes electrónicos en las capas más superficiales de la piel no es algo nuevo. Con ello se consigue el tratamiento de enfermedades que requieren dosis diarias de medicamentos y controles exhaustivos de los pacientes. Ahora bien, el hecho de que uno de estos chips sirva para el control, por parte de la propia mujer, de la fertilidad es toda una revolución.
En la actualidad, estos MicroChips se llevan empleando largo y tendido como métodos anticonceptivos, pero el nuevo implante desarrollado en el MIT es especial, ya que se le otorga una duración de 16 años… tiempo más que suficiente para que decidamos a nuestro completo antojo cuándo queremos quedarnos embarazadas.
En el interior de este nano dispositivo se localizan, de forma segura, una serie de sensores y microdispositivos controlados por vía inalámbrica para poder tomar las medidas necesarias en cada momento o siguiendo las indicaciones del médico. Además, la implantación de estos MicroChips es sencilla, ya que sólo se necesita una intervención menor con anestesia local que dura escasamente media hora.
En el caso del control de la fertilidad, la hormona que entra en juego es la levonorgestrel, y será en el 2015 cuando darán comienzo los ensayos con la misma. El objetivo es que nosotras controlemos, con control a distancia, cuando queremos ser fértiles para concebir. Eso sí, aún están pendientes las pruebas para confirmar que los chips no puedan ser manipulados por terceras personas. Cuando se consiga y se tenga la aprobación de la FDA, los MicroChips para el control de la fertilidad tendrán vía libre para su comercialización (se espera que sea en 2018).