Sí, los famosos implantes PIP que han afectado negativamente a más de 85.000 pacientes en el mundo. Pues a pesar de la gravedad del hecho, el señor Mas ha sido condenado únicamente a cuatro años de cárcel y 75.000 euros según el dictamen del Tribunal Correccional del Marsella (Francia). Por supuesto, no podrá ejercer profesión alguna en el terreno sanitario o médico.
Además del fundador de la empresa, han sido condenados otros cuatro trabajadores de la empresa PIP (Poly Implant Prothèse) a penas de entre tres años de cárcel, dos de ellos quedando exentos del cumplimiento, y los otros dos a año y medio de prisión sin cumplimiento. Lo curioso es que han sido condenados por poner en marcha el proceso para engañar a las autoridades sanitarias francesas mediante el uso de una silicona industrial diez veces más barata que la de los competidores del sector… las víctimas quedan lejos de la justicia, según se ve.
Para terminar de irritarnos, durante el juicio Mas reconoció haber hecho uso de la silicona industrial pero aseguró que no suponía ningún riesgo sanitario. Es más, acusó a las mujeres afectadas que lo llevaron a los tribunales de “frágiles” y de pretender “sacarle el dinero”.
Dinero que según Mas no tiene, pues indica estar en la ruina tras el cierre de la empresa en 2010. Por supuesto, los abogados de las denunciantes consideran que esto es falso y han solicitado una investigación ante la posibilidad de que Jean-Claude disponga de fondos ocultos en paraísos fiscales.
Tras la empresa PIP, la alemana Tüv le sigue los pies, ya que durante años estuvo certificando las prótesis PIP obviando el hecho de estar fabricadas con un gel no homologado.
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