Si te has animado a seguir los consejos de anteriores posts y estás decidido a ponerte manos a la obra y hacer ejercicio, toma nota de los siguientes consejos que te ayudarán a evitar lesiones.
– Camina, no corras: Elegir caminar a ritmo rápido en lugar de correr es una buena opción si nunca has practicado ejercicio con anterioridad o si prefieres empezar con algo sencillo. Es bueno comenzar caminando 5 minutos y 3 minutos de marcha rápida para ir probándose. Una protección de esparadrapo en los talones será siempre una buena opción para evitar rozaduras muy molestas que te pueden incluso obligar a parar tu ritmo.
– Cambia el chip: si optas por la bicicleta debes tener en cuenta que el sillín de la misma debe situarse muy alto, lo que nos permitirá tener en todo momento la pierna bien estirada para evitar flexiones mayores de 30º. Si por el contrario elegimos la natación, elige el estilo con el que te sientas más cómodo y siempre intentando realizar movimientos suaves y bien realizados. Procura no coger malos hábitos como nadar con la espalda torcida o el cuello en tensión.
– Estira antes de empezar: es imprescindible calentar antes de empezar con unos buenos estiramientos. No caigas en la tentación de prescindir de ello pues puede que te arrepientas. Muchas lesiones vienen producidas por un mal programa de estiramiento.
– Estira después del ejercicio: si calentar es muy importante, hacerlo tras finalizar el ejercicio es igual de fundamental. Observa qué zonas de tu cuerpo están más cansadas por el ejercicio, que grupos musculares has ejercitado más y practica ejercicios de estiramiento que te harán tener una recuperación más rápida y sobre todo, te permitirán salir de nuevo a entrenar el próximo día.