- Ir cansada al gimnasio. El hecho de ir al gimnasio requiero de disciplina por nuestra parte. Si estamos cansadas o con síntomas gripales o catarrales y acudimos así a nuestra sesión de deporte, no obtendremos ningún resultado y seguramente terminemos por desmotivarnos y dejar de ir. Lo mejor en esos casos es hacer un alto y volver al día siguiente.
- No combinar la tabla de ejercicios. Si siempre repetimos la misma actividad, una y otra vez cada vez que vamos al gimnasio, no hay que estudiar medicina para entender que nuestro cuerpo terminará acostumbrándose y dejará de interpretar los ejercicios como un estímulo. Lo que debemos hacer es ir modificando la tabla de ejercicios al menos cada quince días.
- Estiramientos inadecuados. Que debemos estirar los músculos antes y después del ejercicio es algo que todas sabemos. Lo que no tenemos tan claro la mayoría de nosotras es que, al comenzar, lo más recomendable son los estiramientos balísticos (con rebotes) en vez de los estáticos (aquellos en los que mantenemos cierta postura durante unos segundos).
- Abdominales mal hechas. En toda tabla de ejercicios se incluirán las conocidas abdominales. En la mayoría de los casos las hacemos mal ya que tendemos a activar los músculos del cuello, sufriendo una sobreextensión de nuca que puede llegar a dañar la columna vertebral. Para realmente hacer unas abdominales como es debido tan solo debemos elevar el pecho unos 35 grados situando las manos en los hombros.
- Insuficiente protección. A la hora de realizar ejercicio, especialmente aeróbic o correr, debemos tener en cuenta que nuestro suelo pélvico puede verse perjudicado. Para evitarlo debemos aprender a activar el músculo trasverso del abdomen, que ayuda a proteger nuestra musculatura íntima.
Teniendo en cuenta las posibles opciones a los cinco errores más comunes que cometemos en los gimnasios, veremos que los resultados de nuestras sesiones irán dando sus frutos sin crearnos lesión alguna.
Imagen: vindicarlo